El precandidato a diputado nacional por el Frente Progresista Luis Contigiani se refirió al próximo período electoral y afirmó que "estas elecciones son clave para darle una fuerte señal al gobierno nacional de que no se tiene que meter con el laburo de la gente, con el poder adquisitivo de los trabajadores, y que tiene que defender a las pequeñas y medianas empresas nacionales". Luego resumió la encrucijada a la que deberá enfrentarse el elector: "Garantizar derechos sociales o recortarlos: esa es la verdadera grieta".
El actual ministro de la Producción santafesino advirtió que si el gobierno no recibe esa "señal" de alerta de las urna "temo que vayan por una profundización de sus políticas y se agrave la situación de los que menos tienen. Por el contrario, los que más tienen están de fiesta hace un año y medio, con las Lebac, la timba financiera, la plata dulce", advirtió el funcionario provincial y precandidato al Congreso.
De cara a su posible desempeño en el Congreso de la Nación, Contigiani aseguró: "Como legislador no voy a permitir una flexibilización laboral que nos lleve a menos mercado interno, menos empleo, menos poder adquisitivo, menos pymes, para que unos pocos grandes empresarios nacionales y extranjeros hagan ganancias extraordinarias que después no las invierten, sino que termina en fuga de capitales y negocios financieros. La Argentina sigue padeciendo el rentismo y la especulación financiera sobre capital productivo", advirtió.
En este sentido, el precandidato planteó apuntar a una política de fortalecimiento del mercado interno: "Para que la empresa pyme pueda funcionar y vender tiene que haber poder de compra, tienen que haber salarios. Y a partir de ahí va a vender, va a plantear sus cuestiones de bienes de capital. La rueda tiene que moverse desde el salario, por eso la flexibilización laboral no es el camino".
Finalmente, el ministro de la Producción apuntó que con el debate que quiere instalar la Casa Rosada de una reforma laboral "el gobierno levanta la demanda de los grandes capitales; ellos pretenden, parados en la teoría del derrame, sacarles plata a los trabajadores para tener más ganancia. Pero eso no derrama nunca, termina en fuga de capitales a diferentes bancos del mundo y el país después se endeuda para financiar esa fuga. Es un ciclo vicioso que en la Argentina ya fracasó en las décadas de los años 70 y 90".