En una pieza de material en Entre Ríos, 16 de 23 santiagueños que dormían hacinados, acaban de ser rescatados de una inequívoca explotación laboral en la cosecha de arándanos.
"Dos o tres mujeres y el resto varones. Todos dormían en colchones en el suelo en la misma habitación sin separación alguna. En algún momento tuvieron hasta garrapatas para que tengas una idea de cómo estaba el lugar", señaló Santiago Guattini, delegado de la Secretaría de Trabajo de esa provincia.
La pieza, de 47 metros cuadrados, era insuficiente. Con 23 colchones desparramados de 1 por 2 metros, equivalente a 2 metros cuadrados cada uno, no había lugar para caminar dado que ocupaban todo el piso. "Estaban todos amontonados. Parecían animalitos, todos en el suelo", subrayó.
Los colchones carecían de forro y no sólo no había camas ni sábanas sino que uno de los trabajadores debió salir a pedir en el barrio un colchón porque no alcanzaban para todos. En la pieza dormían todos hacinados. "El olor que había era impresionante. Una vergüenza", indicó Guattini.
El olor que provenía del baño era insoportable y por eso debían cerrar la puerta. Se trataba de un pozo ciego dado que no hay cloacas, techado y ubicado en el fondo de la casa. Guattini dijo que tenían donde ducharse, pero no un comedor adecuado. "Comían ahí sentados en los colchones o se iban al comedor, pero era una cosita muy chiquitita. Imaginate que si había 23 personas comiendo al mismo tiempo era imposible".
Luego de realizar el relevamiento y constatar que se trataba de santiagueños, el coordinador general Emiliano Delgado hizo una denuncia en los tribunales.
