Desde el Senasa informaron que la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación aprobó el Plan Nacional para el Manejo Sostenible del Guanaco (PNMSG), mediante la Resolución 243/2019 y de acuerdo a los lineamientos elaborados por la Mesa Interinstitucional, de la cual participó el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), entre otros organismos.
La norma publicada en el Boletín Oficial, establece un marco de políticas nacionales para promover la conservación y el uso sustentable de poblaciones de guanaco en todo el país. Esto fue fruto del trabajo de la Mesa Interinstitucional, que está integrada por las secretarías de Planeamiento y Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva; de Agricultura, Ganadería y Pesca; de Emprendedores y Pymes; el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).
"Con este avance se abren nuevos horizontes para el aprovechamiento sustentable e integral de la especie guanaco", destacó el presidente del Senasa, Ricardo Negri,y agregó que "el Senasa participa fiscalizando la trazabilidad del animal y el proceso de elaboración, lo que garantiza la producción de alimentos inocuos para el consumidor del mercado interno y de los países a los que podamos exportar este producto".
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Fueron más de dos años donde actores del sector evaluaron alternativas de uso sustentable y desarrollo de cadenas de valor de productos y subproductos, junto con tecnologías para el manejo de poblaciones silvestres.
Esto incluyó un plan piloto que exportó por primera vez desde la Argentina carne de guanaco hacia la Unión Europea certificada por el Senasa, con el permiso de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).
Cabe recordar que el guanaco es una especie abundante en varias regiones de la Argentina, particularmente en el sur de la Patagonia, donde se concentra más del 80% de su población mundial.
Durante décadas, las limitaciones tecnológicas para el aprovechamiento de las poblaciones silvestres impidieron el desarrollo de un mercado y una cadena de comercialización a nivel local, junto con un marco normativo que restringía la implementación de modalidades de aprovechamiento integral, altos costos operativos y dificultades para sostener una oferta de fibra.
