Manejo

El éxito depende de uno

No cabe ninguna duda de que los rendimientos se construyen, y de que el productor es quien lleva a cabo esta maravillosa obra campaña tras campaña. Aquí las variables que definen el partido

Las variables determinantes del rendimiento potencial son las que definen la estructura del cultivo. Básicamente se trata de fecha de siembra, densidad y genotipo. Para el Ing. Agr. Gustavo Duarte, “en la medida en que podamos optimizarlas lograremos mantener una tasa positiva de crecimiento en el potencial de rinde”. Sin embargo, el asesor privado advierte que no hay que olvidar que el avance hacia zonas marginales le ha puesto un techo a esa optimización. “Hay razones para pensar que el rendimiento promedio se planchó en algunas zonas del oeste de Buenos Aires desde hace unos cuantos años, producto de la extensión del cultivo a áreas menos aptas”, enfatiza.

Justamente, las variables definitorias que se han mencionado están asentadas sobre la calidad del sitio. Por lo tanto, la elección del lote se convierte en una cuestión decisiva para definir el negocio.

Calidad del sitio

A la hora de tomar decisiones cabe recordar que intervienen factores controlables y no controlables. “Debemos armar estrategias que permitan sortear las problemáticas existentes, y luego podremos elegir las variables controlables que definen el potencial –destaca el asesor–. No conviene olvidar que la calidad del sitio explica más del 50% de la variabilidad del rendimiento”.

Precisamente, en cuanto a este tema Duarte subraya, a modo de ejemplo, que su grupo de trabajo relevó en el oeste múltiples lotes con altos niveles de arena, que se correlacionaron con la caída del potencial de rendimiento y un aumento de la variabilidad del mismo. Por otro lado, la calidad del sitio está también vinculada con el rastrojo disponible, que de ninguna manera puede faltar. Interesa aumentar los niveles de cobertura mediante la incorporación del maíz como antecesor de la soja, lo cual deriva en mayores rindes para el poroto y acota los altibajos en la materia. “Un cultivo de cobertura puede ser muy caro y en algunos casos conviene transferir ese gasto a la incorporación del maíz en el esquema. Rotar reduce los riesgos acumulados”, detalla Duarte.

Ambientes

Respecto de la agricultura de precisión, el especialista introdujo una variante. “A medida que se analizan los resultados se encuentran más dudas que las que se tenían inicialmente. Si elegimos el camino de la ambientación, la óptica cambiará según el cultivo escogido. Además, los ambientes delimitados no responden igual en campañas húmedas que en temporadas secas”, explica Duarte.

Justamente, estudios recientes encontraron que la variabilidad de rendimiento entre los puntos pertenecientes a un mismo ambiente fue más amplia que la variabilidad entre distintos puntos del mismo lote. Es decir que en soja, la variable “lote” pesa mucho a la hora de definir el rendimiento.

Asimismo, respecto de la opción de apilar distintas tecnologías, el profesional advirtió que dado que las variables que intervienen en la respuesta pueden tomar direcciones disímiles en años diferentes, el efecto positivo no siempre se acumula como se esperaba.

Todo suma

Para cerrar el círculo corresponde analizar otras cuestiones, por caso:

✔ Al idear la implantación se aconseja considerar la posibilidad de compensación posterior, y los rendimientos relativos y nivel de estabilidad de cada genotipo.

✔ Además debe asegurarse una densidad de 600 nudos fértiles por m2, en función del grupo de madurez.

✔ En cuanto a la fecha de siembra, el grupo de trabajo de este asesor no encontró una relación con los ciclos Niño-Niña para un mismo ambiente que pueda considerarse superadora.

✔ En referencia a la fertilización, Duarte coincide con otros especialistas en cuanto a que el análisis de suelo es imprescindible. “No se puede admitir otra opción. Todos están trabajando por debajo de los umbrales deseables para los distintos nutrientes. Se impone un manejo de la fertilización por lote”, enfatizó.

✔ Las adversidades cuentan. Estudios de diez años concluyeron que en promedio el cultivo muestra una respuesta de 164 kg/ha a la aplicación de protección sanitaria, con una frecuencia de respuesta positiva por encima de 90%. Asimismo se halló una alta correlación entre el efecto de las enfermedades de fin de ciclo y la disponibilidad hídrica.

✔ En cuanto a los herbicidas residuales, el técnico advierte que no todos funcionan igual y aconsejó tener en cuenta los efectos de fitotoxicidad, factor determinante del abandono de los mismos y uno de los motivos del éxito de la tecnología RR en el pasado.

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