No obstante, el informe de la Bccba advirtió que el déficit hídrico podría tener mayor impacto en el cultivo del maíz, al sostener que la falta de agua provocaría menor número de granos y, consecuentemente, menos rendimiento al momento de la cosecha.
El relevamiento de la entidad detalló que sólo en el sudeste cordobés las lluvias estuvieron por encima de los niveles de 2017, pero que todo lo contrario ocurrió en el resto de la provincia, donde la situación de los recursos hídricos se encuentra entre escasos y de sequía. A pesar de ese cuadro de situación, generado por el estrés hídrico y térmico por las altas temperaturas, la Bolsa de Cereales de Córdoba afirmó que los cultivos continúan su desarrollo con "buen estado general", y que los más críticos son el maíz y el girasol.